La pequeña historia de Fort Boyard
En el siglo XVII, Colbert, ministro de Luis XIV, planeó construir una fortaleza en el mar para reforzar las defensas del puerto de la isla de Aix y del arsenal de Rochefort. Ante la magnitud de la tarea, el proyecto fue pospuesto constantemente e incluso el gran Vauban quedó totalmente desconcertado ante este faraónico desafío.
Sólo a principios del siglo XIX la idea resurgió bajo el liderazgo de Napoleón Bonaparte, entonces primer cónsul. Las obras comenzaron en 1804 y finalizaron en 1857 bajo el reinado de Luis Felipe. Irónicamente, debido a los avances en la artillería que permitieron el fuego cruzado entre Oléron y Aix, Fort Boyard rápidamente quedó obsoleto. Los Charentais lo llaman entonces el “fuerte de los inútiles”.
Después de algunos años de servicio, finalmente se transformó en prisión, especialmente para los comuneros y prisioneros que partían hacia las cárceles de Nueva Caledonia... A principios del siglo XX, cayó en el abandono y se convirtió en objeto de deseo de numerosos saqueadores (bronces, cañones, trozos de madera y armazones, puertas, ventanas, contraventanas... ¡todo vale!).
A finales de los años 60, sirvió de escenario para algunas películas antes de alcanzar definitivamente la posteridad en 1990 gracias a la retransmisión del famoso concurso, ahora exportado a una treintena de países. ¡Una muy buena venganza para el “fuerte de los inútiles”!